LA PERSONALIZACIÓN EN LA SANGRE
La Shotgun 650 escapa a cualquier intento de categorización, tanto en la forma como en el fondo. Su diseño modular le permite adoptar hasta tres configuraciones (monoplaza, biplaza y tourer con espacio para equipaje) con total facilidad. Cada una de sus variantes de colores bebe de la cultura custom y ofrece un lienzo en blanco para que tanto fabricantes expertos como motoristas principiantes den rienda suelta a su imaginación.
SALIR DEL CENTRO DE LA CIUDAD
La Shotgun 650 presenta un diseño ergonómicamente optimizado, con estriberas a media altura, un asiento situado a tan solo 795 mm de altura y un manillar cuya intuitiva posición permite sentarse en el asiento y usar las estriberas con total comodidad. La combinación de la suspensión Showa ajustada, una distancia entre ejes de 1465 mm y un centro de gravedad bajo hace que sortear el tráfico denso, viajar por autopistas o descender por sinuosos puertos de montaña sea igual de divertido y cómodo. Por su parte, los neumáticos de gran anchura, 18” delante y 17” detrás, junto con los discos de freno de 320 y 300 mm respectivamente, garantizan un agarre uniforme y el máximo control en todas las velocidades, tanto si vas solo en la moto como si vas cargado hasta los topes.
LA ENCARNACIÓN DEL MÁS PURO ADN MOTERO
Bajo el inquebrantable espinazo de acero de la Shotgun 650 late nuestro motor bicilíndrico paralelo de 648 cc, diseñado para enfrentarse al mundo real gracias a su sólida respuesta en el rango medio de revoluciones y un par motor sobrado en todas las marchas para que el motorista no deje nunca de divertirse. Esta moto encarna nuestro más puro ADN motero sin que ello le suponga una limitación; cuenta con capacidades modulares y luce una estética neomodernista con colores exclusivos que se salen de lo común para redefinir los límites donde Royal Enfield puede llegar.